La princesa Leia esta pasando una mala racha en su relación de amor odio con Han Solo. Ella le echa en cara que su hijo se haya pasado al lado oscuro por su culpa, por su pasado de canalla, pendenciero y contrabandista. La pareja había decidido darse un tiempo para aclarar las ideas. En una de sus múltiples discusiones, ella pilló un saquete de polvo blanco que Han dejó en el halcón milenario para sus gastos de la última entrega de contrabando, la nave, que estaba aparcada en la puerta de casa, y se fue de farra a Tatooine con unos amigos. Entre ellos, John Belushi, uno de los cantantes hologramas de los Blues Brothers que tocan habitualmente en la cantina en horario after y que es un fiestero de cojones.

Una pareja de guardia civiles de la tropa imperial la detuvo en un control para que no provocara un accidente con la hiper velocidad. Pero como iba hasta el ojete, utilizó la fuerza y se zafó de los guardias con un par de rayos láser y una treta de control mental para seguir la fiesta en otra galaxia lejana, muy lejana…

La princesa se fue el viernes de casa y aún no ha aparecido en el punto de reunión de las tropas rebeldes. Han Solo, bastante preocupado, aunque un poco acostumbrado a su fuerte carácter indomable, ha mandado a Chewaca para buscarla y hacerla entrar en razón.

Han le ha dicho antes de partir “No sé si la traerás, porque cuando está tan drogada no hace caso ni a su puta madre. Ni siquiera a su padre, Darth Vader, con el que no se llevaba bien cuando era el malo de la película, y eso que el hombre se ha pasado del lado oscuro, y le dice cosas bonitas desde el más allá con muy buen rollo. Además, el idioma de los Wookies no es agradable de oír, ni de entender… díselo con buenas palabras y sin gritar. Plis.” Y Chewi le ha contestado con el típico tono cínico y sarcástico “wwwoooeeeeeeiiiioooee…” que es como “Mother Fucker” en español.