Según la fiscalía anticorrupción, hay indicios suficientes para pensar que el hombre invisible redactaba facturas falsas y las llevaba a las instituciones gubernamentales. También hacía labores en Noós como distribuidor de la riqueza, robaba a los pobres de las puertas del Mercadona para dárselo a los ricos. Valiéndose de su invisibilidad quitaba las monedas para llevárselas calentitas a Urdangarín, Torres y la Infanta.

Los jueces tienen entre manos un caso difícil porque no ha dejado una sola huella, no hay testigos de los robos y las cámaras de seguridad no han grabado nada.

La policía comenzó a sospechar ante las múltiples denuncias de mendigos que decían que las monedas de los gorros se iban solas por el aire. Al principio, creían que estaban flipando por consumir trippis, pero en uno de los robos, un policía local que estaba poniendo un multa a un cochecito de bebe, chocó con el hombre invisible y se le quedó enganchado en la porra.

Ha sido complicado ponerle las esposas y retenerlo en la cárcel porque no lo ven. Le han puesto un traje de Michael Jackson y han utilizado el mismo tratamiento que uso este sobre la piel pero al revés, lo han pigmentado de negro.