Ha comunicado que si la consigue, pedirá inmediatamente la independencia de su calle, y después la del edificio y la de su piso, y cuando las consiga todas, la de su puerta. Le da mucho por el culo tener que depender de nadie.

Sus hijos lo han tachado de «enfadicas» cuando pierde a la play, y que le dan rabietas de querer estar solo. Le han comunicado que lo llevaran al constitucional o a Estrasburgo si sigue por esos derroteros. Le han dejado en la puerta de la nevera una citación para el juzgado por desobediencia familiar.