Inspectores de hacienda descubren que dios tiene varias cuentas en Suiza. Son cientos de millones sustraídos en estos últimos dos mil años del cepillo de multitud de archidiócesis. Se ha presentado como una zarza ardiendo a periodistas que recogían la noticia y ha declarado «No pienso dimitir. Aún me queda mandato para rato. Sólo llevo en el cargo trece mil millones de años, y eso para mí y la eternidad, es un suspiro. Además, cuando hablamos del gobierno supremo, me pongo bruto, comienzo a lanzar rayos y truenos y no hay quien me aguante. Me gusta estar al mando. Además, tampoco es para tanto, todo el dinero de la tierra es como si fuera mío.»
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