Merkel negocia con Tsipras la entrega de cien mil griegos para hacerse una pirámide en el Reichstag para ser enterrada como faraona de Europa.
Para poder finiquitar el rescate, Merkel le pide cien mil griegos mínimo como rehenes, y promete no pegarles con el látigo. Tsipras le ofrece una polla en vinagre. Merkel le asegura que no habrá ni un duro hasta que no acceda a sus peticiones.
La canciller le ha dicho » Yo quiero, me apetece, deseo tener una pirámide para el largo viaje. Y no va a ser como en los tiempos de Ramses, tranquilo, no van a hacer falta varias generaciones para su construcción. Con los avances tecnológicos de hoy en día, todo irá sobre ruedas e igual antes de morir de viejos los tienes de vuelta en Grecia. Mira el lado bueno, no les tienes que pagar la pensión y mientras no vivan en Grecia te ahorras la manutención y cien mil problemas menos que resolver.»
Le ha prometido que estarán bien atendidos a base de cerveza y salchichas.
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