Las primeras hipótesis de las investigaciones adelantan que el Pokemon podría ser un lobo solitario y actuó sin ayuda. Todavía está por determinar la autoría y no se sabe si estaba planeando un atentado en el sitio, o simplemente se vio acorralado y se inmoló por miedo a ser pillado.

El terrorista estaba subiendo una escalera, cuando un centenar de personas se le acercaron con los móviles para pillarlo. Lo rodearon y amenazó con activar una bomba que tenía alojada en el ojete si no lo dejaban en paz. La gente loca de la emoción al tenerlo en sus pantallas, no hizo el menor caso y se lanzó encima activando éste el artefacto. La explosión llenó el centro de pokebolas asesinas matando a siete Pikachus y 50 personas, todas ellas cazadoras de Pokemons, dejando heridas a otras tantas de carácter reservado, ya que son muy tímidas.

Las autoridades han lanzado mensajes de alerta a la población por si pudiera haber otras células que estuvieran planeando una ola de atentados para estas fechas de vacaciones.