El chapo Guzmán tiene una red de túneles subterráneos construidos por todas las cárceles del mundo y ha ayudado a que los títeres huyan por uno de ellos. Ha confesado que le gusta mucho barrio sésamo, y no le agrada ver a unos muñecos en la cárcel. Por lo visto era muy amigo de Chema que le suministraba harina para hacer el pan.

Jordi Pujol en cuanto se ha enterado ha contactado con el chapo para pedirle el mapa por si los llegara a necesitar en un futuro no muy lejano, previo pago vía Andorra la Vella de la información. Aunque tal y como va la justicia, que es lenta y poco efectiva, ya le ha comentado que será más para sus hijos que para él. Al chapo se la suda, con tal de que pague.