Biólogos y científicos del zoo de Barcelona llevan varios años intentando que se reproduzcan una pareja de hipters fuera de su hábitat natural: los sillones, las redes sociales y las pantallas del ordenador.

Cuando la hembra se quedó embarazada, el macho mutó la barba de un color a otro como un camaleón. En el parto, lo complicado fue sacar al niño con la camisa, las barbas y los tirantes porque se enganchaban con el cordón umbilical. Ahora buscarán la pareja, preferiblemente una niña con gafas y gorro, aunque todavía no están muy definidos los complementos en esta especie de reciente creación

Los machos son muy tecnológicos, poseen gadgets y aplicaciones que actúan sobre el esperma para seleccionar y configurar los fetos. Siendo tan listos, lo raro era que no se hubieran reproducido antes, pero el problema era que los miraban, al dejarlos a su aire, así como un rollo más desenfadado, al final lo han conseguido.