De momento, echarán a los pobres a las calles colindantes con una orden de desahucio usada. Los gerentes de los fondos les han pedido que regularicen su situación porque han estado muchos años trabajando sin la pertinente licencia. Han abierto también negociaciones para hacerse con las puertas de las iglesias si dios quiere.
Ante las quejas de los sindicatos por dejar sin trabajo a mucha gente honrada, tienen pensado impartir cursos para que los pobres se adapten a las nuevas oportunidades que aparecerán en el futuro. Este sector está en continuo crecimiento desde el comienzo de la crisis y lo hace más rápido que ninguno.
En los cursos se darán asignaturas de como depurar el estilo para pedir, algo de economía básica para sacarle mayor rendimiento a las limosnas, inteligencia emocional para dar más pena, aseo personal y escritura creativa para los mensajes de los cartones.