“Gilipollas, imbécil, y vete a tú puta casa” son las frases y los apelativos más repetidos desde las ventanas en el confinamiento por el coronavirus.

“Este confinamiento está sacando lo mejor de nosotros mismos”. Ha recalcado Pedro Sanchez en sus discursos. Y eso se está viendo en muchas ciudades. Hay vecinos y personas que en una explosión de solidaridad sin precedentes, lanzan frases de cariño y apoyo a los que aún a riesgo de perder la vida con el coronavirus, prefieren ejercer su derecho al paseo, y a hacer lo que les salga de los huevos.
“Sacamos lo que llevamos dentro” Ha dicho María que estaba en la ventana de su casa controlando transeúntes y se ha puesto a gritar por la ventana a una Runner “¡Gilipollas! ¡Tontalaba! ¡Hija de puta! ¡Vete a tú puta casa! ¡Estúpida de mierda! ¡Imbécil! ¡Nos vas a matar a todos! ¡Cabrona!” Corredora que era detenida por la policía para llevarla a comisaría por saltarse el confinamiento sin un salvoconducto de la comandancia.
En esta crisis sin precedentes, hay una parte de la ciudadania que está en su casa y vigila al infractor que no cumple, ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y replica, con el amor y la delicadeza que nos define como seres humanos que somos la mayoría. Estas personas ofrecen un deleite lingüístico para los oídos con frases y elogios dignos de catedráticos de la lengua como Camilo José Cela, de los que estaría muy orgulloso.
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